viernes, 26 de diciembre de 2008

X+

365 días han pasado desde que el rush comenzó. Cenas al por mayor, personas cantando alegremente en torno a un árbol. De pronto se encontró revolviendo sus viejos papeles para encontrar una respuesta a la pregunta que jamás se había planteado, pero que persistía en su mente como cruel espectro … sí se sentía sólo, había notado que el ritmo del mundo le había robado su sonrisa… Son tan pocas y especiales las personas que a menudo nos dejan compartir con ellos una sonrisa que a menudo se les extraña… pensaba mientras iba en busca de ilusiones y nuevas ideas… contemplando las nubes ostentadas en una vieja fotografía… unas con forma de perro, dragón o algún palacio… otras sin una previamente establecida.

De pronto llega Elsa… de su hombro cuelga una pequeña bolsa roja… de ella saca una un paquete de hojas con las que juguetea en lo que espera que Iván baje. En ellas se encuentra escrita la historia de una pequeña vendedora de fósforos… El autor Hans Christian Andersen…

“Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

¿Cómo era posible que esa imagen llegara a su mente? Por que justo ahora que todo parecía tan tranquilo, las dificultades habían pasado… no lo entendía… Su único pecado había sido querer disfrutar cuanto beneficio, una buena posición económica le pudiese ofrecer… no necesitaba de nadie… Era una mujer exitosa, todos la envidiaban… no había nada que encerrarse en su casa no pudiese evitar.

Una tarde de diciembre, al parecer 24 escuchó de lejos el llanto de un pequeño niño… no entendía por que le preocupaban tanto las lágrimas de aquella pequeña creatura. Abrió la puerta de su casa y percibió cada uno de los pequeños movimientos, aquellos que se había negado a ver por mucho tiempo… sonrío… hace mucho tiempo no lo hacía… se dio cuenta del significado de estas fechas…

Siempre les había hecho burla a aquellas personas que pretendían demostrar su “afecto” con objetos… cada navidad es lo mismo… pensaba… pero ahora lo veía diferente… ahora compartía con una persona por la que realmente sentía algo aquel momento…

Recordó muchas cosas, otras tantas escaparon, quizá jamás las vuelva a vivir… de lo único que esta segura es que aprovechará con aquellos que le dejen compartir una sonrisa cada una de las cerillas de su caja…

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