sábado, 16 de agosto de 2008

Creación Onírica...

Miércoles. En su reloj son las 11:00, desde su cuarto ubicando en el último piso del edificio, ve pasar su vida. Cada uno de los objetos en la habitación mantiene el suspiro anhelante de los sueños. A través del ventanal observa el movimiento de un árbol, éste se deja llevar por el viento… es entonces cuando se da cuenta de la monotonía en la que se ha envuelto. El entorno gira a una velocidad insospechada y él simplemente suspira… No entiende en qué momento todo se terminó.

Cierra los ojos, se ve corriendo por un sendero obscuro, frio, extraño… todo su ser se metamorfiza, ahora es un espíritu libre jugando entre los suspiros de varias personas, no quiere retornar… no anhela más que estar frente a ese espejo que le abrirá la puerta de un entorno que ni él mismo conoce… tiene sed, la sacia con un extraño brebaje… no pregunta qué es y cierra los ojos nuevamente. De pronto en su habitación, el sudor corre por cada uno de los milímetros de su piel, el ritmo con el que respira se hace cada vez más rápido… inhala… exhala… inhala…exhala… no sabe que ha sucedido. Sólo es posible percibir balbuceos incomprensibles. Y se retira, comienza a desvanecerse.

Otro tiempo y otro lugar, lee cómodamente sentado en su sillón, hojea parte de lo que pudiese ser su vida en un texto de Salvador Elizondo… pero él prefiere plasmarlo de otra manera… "Sueño. Sueño que sueño. Mentalmente me veo soñar que sueño y también puedo verme ver que sueño. Me recuerdo soñando ya y también viéndome que soñaba…”

En su reloj son las 11, se levanta, observa por el ventanal el movimiento de un árbol, la delicada caída de una hoja y el ir y el pasar del tiempo, se observa en el espejo, nota que su reflejo se ha teñido de gris, sus ojos han perdido el brillo que tanto los caracterizaba… un fantasma de aquella persona tan extrovertida…

Toma su lugar junto a la chimenea y el chispazo de las llamas abstrae su mente, recrea el lugar, se da cuenta que ha creado una larga lista de seres, no les ha puesto nombre. No se atreve a ello, no quiere perderse entre tantos espejos. Nota que cada una de sus creaciones le ha dado vida a otras tantas, de la misma forma en la que a él le dieron vida.