miércoles, 29 de octubre de 2008

...Mictlán

El cementerio siempre ha sido considerado el lugar ideal para meditar, aniquilar esos demonios internos que no nos dejan seguir adelante, deshacerse de culpas infundadas, males de antaño que se albergan en el alma logrando la autodestrucción de ésta… En una mañana cualquiera las dudas regresan… las almas se limpian y caminan por un sendero que los llevará hasta sus seres queridos…


24 horas que transcurren lentamente, un día como cualquier otro. Amanece… el ruido de los autos indica que es tiempo de comenzar la jornada. ¿Es que nadie se da cuenta?... la ciudad se torna fría, el silencio hace que los minutos pasen sin que se perciba cambio alguno y yo simplemente espero a que algún alma se hele y poder continuar con la tarea encomendada… Kisim sigue su camino… Se consume un poco más de tiempo, llega la noche… todo parece tranquilo… los cánticos golpean con fuerza cada parte de su ser.


El día en que alcanzó su último suspiro todo corría como de costumbre, el perro ladraba, la tetera silbaba… y ese sonido rompió en dos su alma, no por el tono que hubiese podido alcanzar, sino por la soledad que implicaba aquel momento. Se encontraba sin compañía alguna, esa sensación le agradaba, instruía a su alma a observar cada instante, el ligero vuelo de un insecto, el sutil pasar del polvo ante sus ojos, la manera en que cada gota de lluvia se precipita en el cristal después de haber pasado la tormenta y se dedicaba a ensoñar. En su epitafio se alcanza a leer… te recordaremos siempre… más esto se convierte en mentira conforme van pasando los días, llega noviembre… la tumba de mármol antes blanca, se ha tornado gris, el polvo realiza su tarea…


Repito, hace frío a mi lado vagan seres extraordinarios, en ocasiones llegan a este terruño voces que le han cantado a lo eterno, se han vestido de negro y han dejado volar su imaginación y han logrado en cierta medida a la inmortalidad… A lo lejos una pequeña recita el Cuervo… hasta mí llega una de sus estrofas…


Y el impávido cuervo osado aun sigue, sigue posado,

en el pálido busto de Palas que hay encima del portal;

y su mirada aguileña es la de un demonio que sueña,

cuya sombra el candil en el suelo proyecta fantasmal;

y mi alma, de esa sombra que allí flota fantasmal,

no se alzará...¡nunca más!.


Todos guardaban silencio, no había persona alguna que se atreviese a levantar la voz, un lamento por ella, dijo algún desconocido… la sangre de cada una de las personas presentes se heló… la razón aún no les queda clara… sin embargo la escena parecía sacada de Hamlet… un sepulturero cavando, él a un lado sosteniendo una calavera y el sabor de la sangre en sus labios… el ciclo había concluido, su camino se había trazado hacia Mictlán. La luz de las veladoras inunda el lugar, las sensaciones corporales se extinguieron una a una… el incienso y el cempasúchil crean la atmósfera perfecta, para poder recordarla y a lo lejos se escucha un extraño murmullo como si el viento recitara uno de sus viejos versos…


Si la luna dejara de alumbrar la noche,

Si las estrellas se negaran a decorar el firmamento

Sólo quedaría el recuerdo de una voz que fue,

Y de la vida que se esfumo en el fin de los tiempos.

sábado, 25 de octubre de 2008

¿hi5?

Las maneras de conocer gente han cambiado de una manera radical, antes debías salir a la calle hasta en el metro podías encontrar a alguien interesante… tener contacto cara a cara con esa persona, que sin saberlo abrirá la caja de Pandora… ahora basta un clic para conocer gustos, manías, fotos y hasta sueños de cualquier individuo… sin embargo como sucedía anteriormente… , habrá que averiguar si lo que dice es cierto… el cambio más notorio es la imposibilidad de ver la cara de los lectores… esto evita toda suerte de inhibiciones…

El reloj marca las 14:00 horas, Ivette, cibernauta por excelencia desde hace ya un tiempo atrás… ha llegado a su casa… no puede quejarse, ha comido en el colegio y es tiempo de prender la computadora… abrir Internet y conectarse a Hi5, MSN, myspace y Facebook…

—¿qué no tienes otra cosa que hacer que estar allí pegada?— dice su madre mientras, la pequeña se encuentra como hipnotizada ante la pantalla… Ivette ni se inmuta, chismosea feliz por cada una de las páginas de sus amigos… Luís subió las fotos de la última fiesta… Ella las taggea y deja comentarios al por mayor… Pasan una, dos, tres y hasta cuatro horas y no deja de ver siempre el mismo formato…

Se cansa… es hora de dormir… apaga la computadora… en la televisión su programa favorito .hack//sign la alucinante historia donde se entremezclan el mundo real con un universo virtual. Supuestamente es un juego… como muchos que existen actualmente online, intenta explicar cuando le preguntan sobre él… Portales enigmáticos, servidores que trasladan a los personajes de un lugar a otro, los problemas surgen con la imposibilidad de desconectarse de la red y la presencia de un Administrador del Sistema similar al Master en el juego de rol… Mientras veía uno de los capítulos recordó un párrafo de Augusto Monterroso en Uno de Cada Tres:

“Todos sus conocidos estarán informados al mismo tiempo de los mismos hechos. Circunstancia que evita celos y reclamaciones posteriores, pues solamente un descuido, o un azaroso desperfecto en el aparato propio, colocaría a alguno en desventaja respecto de los demás”… Y la imagen de las famosas redes sociales la atacó inmediatamente… ¿Cuántas personas me conocen sin siquiera haberme visto, he perdido la cuenta de los perfiles que visité el día de hoy?... piensa mientras consume palabra a palabra el texto que sostiene entre sus manos…

Sigue leyendo hasta que el sueño la vence… se observa conectada a una gran maquina escribiendo en su página personal “Sueño. Sueño que sueño. Mentalmente me veo soñar que sueño y también puedo verme ver que sueño. Me recuerdo soñando ya y también viéndome que soñaba…”y escribía eso en la página personal…

lunes, 15 de septiembre de 2008

... RedruM!!!


No puedo recordar con exactitud lo sucedido esa noche. A mi mente llegan imágenes distorsionadas por las luces de los autos, había un gran letrero que me atraía en demasía… Me pregunta qué decía ¿y cómo quiere que me acuerde?... apenas puedo tener una vaga remembranza de cómo es que llegue hasta aquí y quiere que me acuerde de lo sucedido. Sé que llegue por que un señor alto, con una gabardina negra me tomó en sus brazos cual bulto… sé que usted debe interrogarme, por que lo ha estado haciendo desde que abrí los ojos. Tengo sueño, el cansancio me hace su presa. ¿Podría dormir un poco?
Cierro los ojos, mi mente es un remolino de imágenes, señales de transito por doquier, semáforos, árboles, la luz intermitente del faro de los coches y de pronto me invade el olor de la sangre… en ocasiones lo disfruto, otras lo desdeño cual basura, pero ahora me inquieta, ¿¡dónde se encuentra Eloisa? Venía sentada a mi lado, yo lo sé. Eloisa es mi compañera, estudió literatura y ahora busca editorial, perdón si no había hablado de ella, vivimos juntos, es la persona con quien deseo pasar el resto de mi vida…
Sólo quiero una taza de café para continuar escribiendo, dicen que la cafeína es buena consejera… esta será una historia sobre… mmm… talvez una joven subida en uno de los puentes de ésta calle, se encontraba una joven de cabello corto, tez clara y ojos de un verde muy intenso. Le gustaba la filosofía, literatura, historia y últimamente la teología, lo que más se podía notar era la inmensa melancolía que habitaba en su alma. Comenzó a moverse con el paso pesado y la mirada turbia, cruzó la calle y caminó dos cuadras. Todo carecía de sentido, como si en un cierto modo, el tiempo se hubiera detenido fuera de ella.
…Las memorias la obligaron a llorar, secó sus ojos con el suéter a rayas que llevaba puesto y al llegar al puente se sentó en el barandal. Miró al cielo, ya era de noche, la osa mayor se encontraba justo sobre su cabeza. Escuchó el murmullo de la vida, los coches a lo lejos, las luces de los faroles, las errantes nubes, el aullar de los perros. La vida, esa vida que seguía, que seguiría aun sin ella. Sacó de su bolso un lápiz labial, un delineador y una polvera…
Despierto… todo el cuarto se encuentra como si el paso de los días no hubiese tenido efecto en ellos y otra vez escucho su voz atormentándome… ¿disfrutó al hacerlo?, o es que un escritor no tiene memoria… y comienza a reconstruir la imagen… cada palabra corresponde a una fotografía, una niña, un señor, el camión en el que subí hace una semana, el edificio donde me hospedaba… de pronto atrae mi atención una de tantas imágenes… una calle… la luz de un faro, el grafiti aun fresco…
-¡Y me vas a decir que aun no recuerdas nada!... vamos confiesa de una buena vez, así todos podremos descansar…- me grita aquella voz que me ha estado interrumpiendo mi sueño. -¿Puedo hacer una llamada? Me animo a preguntar, debo llamar a Eloisa, ella se preocupara si ve que no llego… son las 9 de la noche, debe estar inquieta… - Esta bien… sólo por esta ocasión… - tomó el teléfono, me encuentro tan débil que casi cae al piso… - ¿Bueno. Eloisa?- del otro lado escucho su voz, pareciera que no me reconoce… -¿Bueno, bueno, bueno. Quién habla? Por favor, deje de molestar…- y cuelga…
El ruido de los autos llena el lugar, el interrogatorio sigue por horas… de pronto todo se hace más claro, mis manos, su cuello… ella iba a dejarme… se encontraba cansada, lo sé… mi manía por escribir… mi mal genio…la aparición de Rocío… todo se juntó… Discutimos… solíamos hacerlo… cerró la puerta del departamento, ve esa imagen… sí esa… la del edificio con los escalones roídos. Cada grieta describe como ha pasado el tiempo; al cruzarla, todo parece igual a como estuvo un día anterior; pero los muebles, las paredes verdes y mugrientas, los grandes ventanales, las cortinas con sus figuras multiformes… todo traía a mi mente su imagen…
Sus palabras fueron mortales, cuídate… nos vemos, yo ya no soporto más esta situación… cerró la puerta y yo corrí tras ella… la calle fue testigo del momento en que minuto a minuto su vida la iba abandonando, quedó lánguida, siempre fue delgada… y observo la foto en la cual aparece… siempre tan llena de vida siempre tan fugaz… yo debía acompañarla… por eso junto a mí encontraron las últimas palabras… inventadas en un momento de locura, no era lo que yo sentía pero, debía dejar un rastro para que no fuésemos molestados… para que a ella no la culparan de nada…

sábado, 16 de agosto de 2008

Creación Onírica...

Miércoles. En su reloj son las 11:00, desde su cuarto ubicando en el último piso del edificio, ve pasar su vida. Cada uno de los objetos en la habitación mantiene el suspiro anhelante de los sueños. A través del ventanal observa el movimiento de un árbol, éste se deja llevar por el viento… es entonces cuando se da cuenta de la monotonía en la que se ha envuelto. El entorno gira a una velocidad insospechada y él simplemente suspira… No entiende en qué momento todo se terminó.

Cierra los ojos, se ve corriendo por un sendero obscuro, frio, extraño… todo su ser se metamorfiza, ahora es un espíritu libre jugando entre los suspiros de varias personas, no quiere retornar… no anhela más que estar frente a ese espejo que le abrirá la puerta de un entorno que ni él mismo conoce… tiene sed, la sacia con un extraño brebaje… no pregunta qué es y cierra los ojos nuevamente. De pronto en su habitación, el sudor corre por cada uno de los milímetros de su piel, el ritmo con el que respira se hace cada vez más rápido… inhala… exhala… inhala…exhala… no sabe que ha sucedido. Sólo es posible percibir balbuceos incomprensibles. Y se retira, comienza a desvanecerse.

Otro tiempo y otro lugar, lee cómodamente sentado en su sillón, hojea parte de lo que pudiese ser su vida en un texto de Salvador Elizondo… pero él prefiere plasmarlo de otra manera… "Sueño. Sueño que sueño. Mentalmente me veo soñar que sueño y también puedo verme ver que sueño. Me recuerdo soñando ya y también viéndome que soñaba…”

En su reloj son las 11, se levanta, observa por el ventanal el movimiento de un árbol, la delicada caída de una hoja y el ir y el pasar del tiempo, se observa en el espejo, nota que su reflejo se ha teñido de gris, sus ojos han perdido el brillo que tanto los caracterizaba… un fantasma de aquella persona tan extrovertida…

Toma su lugar junto a la chimenea y el chispazo de las llamas abstrae su mente, recrea el lugar, se da cuenta que ha creado una larga lista de seres, no les ha puesto nombre. No se atreve a ello, no quiere perderse entre tantos espejos. Nota que cada una de sus creaciones le ha dado vida a otras tantas, de la misma forma en la que a él le dieron vida.

domingo, 13 de julio de 2008

En Irak

La calle estaba sombría muerta como sobrepoblada de amargura. El paso del tiempo había moldeado sus piedras, sus tabiques hasta sus pasos. En medio de la calle se encuentra un edificio. Cada grieta describe como ha pasado el tiempo; al cruzarla, todo parece igual a como estuvo un día anterior; pero los muebles, las paredes, los grandes ventanales, las cortinas con sus figuras multiformes y cada objeto que se encuentra en este espacio, esperan que se les cuente una historia.

Dentro de ésta edificación se encontraba él. Tres guardias lo escoltaban, su cara se fundía en la melancolía de verse rodeado de extraños. Soldados sobre los que ya no tenía influencia alguna. Sus órdenes, no imponían el temor de antaño. Ahora se concentraba en devorar cada milímetro del lugar con la mirada, sólo el silencio conocía el significado de sus lamentos y el sollozo de sus ideales. De pronto esa pesadez se convirtió en tranquilidad. Y su mente comenzó a divagar colocando ante él imágenes de un pasado que ahora sólo podía añorar.

Recordó como si fuese un extraño que mira desde una ventana la modesta casa donde hace ya varios años, un 28 de abril de 1937, nació un niño de ojos negros y vivaces. Observa cómo éste escucha los cuentos de su madre. Historias de su patria, sobre cómo la defendería el gran Salafji, que siendo de origen humilde fue subiendo peldaños hasta convertirse en una gran figura; continúa con las hazañas familiares en su lucha contra los otomanos; con las humillaciones sufridas por el pueblo iraquí a causa de los ingleses y de los levantamientos contra ellos de gente de su misma sangre. Todas estas imágenes acompañan al pequeño en sus sueños. El tiempo seguía su curso y una chispa seguía encendida en su cabeza – mi nombre significa: ¡el que se enfrenta a todo! – gritó cuando ya no pudo contener el llanto y su rostro languideció.

La música de fondo era un canto de alabanza, con el cual solía torturar a quienes se opusieran al régimen, pero el ligero y pútrido aroma de la muerte que impregnaba el lugar, lo hicieron trasladarse a aquellos días en los que se levantaba temprano, pues sentía que algo de su vida se escapaba lentamente cuando se despertaba tarde. Así comenzaban las jornadas de Sadenjic Huhafa un joven de cabello corto, con la tez clara y los ojos de un negro muy intenso, pero lo que más sobresalía en aquellos ojos era la inmensa melancolía que cubría su alma. Sin embargo ésta se encontraba llena de ilusiones en las que se imaginaba realizando proezas que serían inmortalizadas. Soñaba con ser un nuevo Salafji, exterminador de cristianos, conquistador de los Santos Lugares y unificador de una gran nación.

Escenas trágicas llegaban a su mente, pero todo seguía igual, rogaba por que el tiempo se detuviera o acelerara su marcha, la soledad y el ímpetu de hacer y no lograr lo deseado marcaba su alma de una manera indeleble — Un maldito agresor de Alá es quien me tiene preso, ese ser que quiere acabar con mi pueblo y sus costumbres para quedarse con lo que es nuestro—.

Estas ideologías detallaban un lenguaje de silencios, mostrando su alma, esa que lo llevó a ser más que un dictador, un líder encarnado en cuerpo y sentimiento. Y con su entendimiento sumido en estos pensamientos. El recuerdo de su época de triunfos no dejaba que el coraje lo abandonara. ­

—¿Cómo no recordarlas?—se preguntaba en silencio mientas en su mente aparecían los fantasmas de su familia —Sajid, fuiste la primera y me diste cinco hijos…dos de ellos muertos por las balas de un conquistador, en un tiroteo vieron su final… ése a quien todos rinden pleitesía… quizá te quise, eras de la familia, mi tío te educó para servir y a mi me serviste, me duele saber que ahora eres fugitiva, pero la historia es así… tan relativa como el viento. ¡Veme! Yo era un líder y ahora me enfrento a mi sepultura en manos del enemigo. ¿Y tu hija mía Ragdah, uno de mis más grandes tesoros, casada con una alimaña que no valoró la confianza que deposité en él? Te quedarás desprotegida, pero sé que alguno de nuestros vecinos te dará alojo y tratará como mereces.

Mi otro tesoro… Nahra casada con el hermano de aquél que traicionó mi confianza, lástima que él también corriera con la misma suerte. ¿Pero que hacer, si ambos planeaban mi muerte?, esa que en menos de dos días he de encontrar. Bhala… tu recuerdo ataca mi memoria… tú… con esa inocencia que solo Alá pudo ostentar su encanto en ti. Sólo espero que no te encuentren. No quiero que sufras, me aterra pensar en tu cuerpo lacerado por las armas, en tu vientre mancillado por los soldados y tus creencias destrozadas… Rasim… ay Rasim… quisiera decir tantas cosas… pero es mejor callar y guardar cualquier pensamiento.-

Como pequeños pedazos de película las imágenes de su juventud se movían entre conspiraciones, asesinatos y activismo político. A él venían recuerdos del atentado en el cual participó un 7 de octubre, su objetivo: matar a Abdel-Karim Kassem en Bagdad y ahora se cuestionaba. –¿Para qué sirvieron todos movimientos que hice si ahora un extraño se quedará con todo? ¿Para qué Amon Jafá me salvó la vida? ¡Yo debí morir en ese crimen!... – Gritaba mientras los soldados lastimaban su cuerpo.

Después de esa fecha su vida comenzó a cambiar. El niño que escuchaba paciente las historias de su madre ahora se transformaba en un joven combatiente que debía huir a Siria y llegar a Egipto para salvar su vida.

– ¡El régimen de Kassem ha caído! – es lo que se oye en la radio local, Asmir un miembro del Baath grita con alegría – ¡el bastardo Kassem ha muerto, por fin podremos regresar a nuestra casa… no debemos sufrir más penurias! – y el camino se retoma, cansados, pero con la alegría que da la victoria, emprenden el regreso a casa. Durante el viaje, discuten sobre su experiencia con la muerte

– Quizá… cuando ya no existamos más Alá nos hará reencarnar para que vigilemos su terreno.

– Para que eso suceda aun falta… mejor pienso en que hacer para ganarme el lugar junto a él. – mencionaba Sadenjic sin reparo alguno.

Las noches se hacían días y estos decaían hasta convertirse en las primeras y sin percibir lo rápido que corre el tiempo Sadenjic fue nombrado Jefe de Seguridad Interna. Su tío como siempre, fue quien le dio esta oportunidad ya que su hijo Ahmed Hassan al-Bakr fue nombrado presidente de la región.

Después de la golpiza, el cansancio lo hizo su presa y él se dejó guiar. Cayó en un profundo sueño. La cara de su tío quien fuese su inspiración, suegro y mentor rondaba sus pensamientos, desde hace varios días un recuerdo lo atacaba: su estancia en el palacio babilónico fortaleza de cima monstruosa rodeada por palmeras en miniatura y rosaledas. Allí se tomaban las grandes decisiones que consternarían al mundo. En aquellos días era feliz. Pues, entra en las esferas del poder y su inteligencia, astucia y perseverancia le hace con el control de todos los resortes. Una noche que prometía ser como cualquier otra Al-Bakr por razones de salud le designa como sucesor. El asombro se difundió por el lugar...

—! Despiértate, que debemos hacer cambio de guardia! — los custodios se retiraban como lobos después de haber sofocado a su presa, los que llegaban con la cordura que refleja su entrenamiento militar alardeaban.

— y él que se creía mas fuerte que nosotros, éste miserable debe pagar por lo que le hizo a tanta gente— gritaba un soldado, a éste le correspondía proporcionarle los alimentos al ya languidecido Sadenjic. — Ándale hijo de perra traga o te mueres— y el golpe recibido fue como un estruendo que dejó al pobre Sadenjic inconciente.

A lo lejos se escuchaba a los guardias gritando -¡Vete al infierno!- y en sus ojos continuaba la misma tranquilidad con la que me había mirado días antes. Solemne ante sus 7 captores, se levantó y a pesar de haber sido sobajado recuperó su gallardía de antes -¡El enemigo no verá como me quiebro! Soy Sadenjic, líder de un pueblo, heredero de una tradición y el más férreo defensor del Islam- y el soldado le señaló el lugar donde pasaría los últimos segundos de su existencia. Se paró en el estrado… más que eso era una serie de tablas y metales colocados en forma de cuadro, las varillas con las que estaba hecho, en algún momento pertenecieron a las casas destruidas en Mosul.

Dos verdugos encapuchados sostienen sus manos, él ya casi sin fuerzas forcejea contra ellos, pero la falta de alimento, su mal estado de salud aunados al cansancio que carga desde hace varios años, hacen que ya no sea el roble que fue, su cabello ya no tiene el mismo color ébano que en antaño, sus ojos ahora sólo son el suspiro de lo que significaron en el pasado. Él siempre vestido con su uniforme y rasurado… de ése hombre llamado Sadenjic Huhafa sólo queda el nombre.

- ¡Vete al infierno!- retumba otra vez en el aire. El lazo cae en su cuello, los presentes lo observan sin respeto, los mueve el morbo… Ver como un dictador cae. — Quieren ser testigos de la historia… ¿Y entonces que somos? Estamos aquí viendo como un ser vivo es ejecutado según esto por justicia…El lazo… ese lazo es grande y pesado.

Un hombre cantando el nombre de Muqtada al-Sader, líder de una milicia chiíta ha intercambiado insultos con Sadenjic, antes de que lo ejecutaran, tras ser condenado en noviembre por la matanza de 148 chiítas en la localidad de Dujail, en 1982… aquella matanza, como quisiera regresar el tiempo y no haber estado a su lado… siempre a su lado. Él era el líder, ese ser salvador que nos devolvería lo que es nuestro desde hace años… y juró defenderlo… Pero en su defensa, perdió la razón… se enfermó de poder y de fundamentalismo y nosotros… el pueblo ¿cómo defendernos?... aún puedo percibir el olor de la sangre de aquellos días… la guerra que inició en 1980 y terminó 8 años después… y decía que protegía al pueblo… a estas alturas no sé si creerle… en su ataque de autoridad ordena el uso de armas químicas contra la población curda de Halabja, ¿por que lo hizo? Sólo él conocía sus razones… y quién soy yo para cuestionarlo… yo que sólo le serví de instrumento… uno más de sus lacayos.

¿Cuántas madres se quedaron sin hijos, cuántas familias destruidas, cuántas ilusiones se perdieron sólo por una guerra?... no quiero… no debo recordarlo… y nos llaman asesinos… ¿Asesinos? Pero si son ellos los que desde hace años nos pagan para que les produzcamos armas… los que desde el 21 de marzo nos atacan con sus bombas. Primero fue Bagdad… lo recuerdo por que mi madre murió allí. Y mientras él… Sadenjic huía… salvaba su vida, que diferente se veía en aquel entonces. —

Las burlas continuaron y los insultos a pesar de que los llamados de uno de los funcionarios presentes, al parecer el juez Munir Haddad, que presidió el ajusticiamiento, y a quien se oía decir: — ¡Por favor, no! El hombre está a punto de morir—. Luego se oye a alguien gritar: — ¡El tirano ha caído! ¡Que Dios lo maldiga— mientras Sadenjic cuelga de la soga, ya sin vida.

Pues bien al día siguiente estaba nublado y el sol regateaba unos minutos más de sueño, observé por un instante y pude percibir que las puertas de las casas estaban cerradas. Hacia frío el cual parecía ser desdeñado por la mayoría de la gente; con él me sentía saludable y trataba de olvidar el momento en el que Sadenjic murió ver su cabeza caer al suelo después de haber estado en la horca, es una imagen que no puedo borrar de mi mente.

Ese 29 de diciembre vivirá para siempre en mi recuerdo: sus ojos cerrados, su piel áspera finalmente doblegada, su boca cerrada sus ojos también. Y en el aire la ironía flotaba bajo frases como… ¡Ohh un gran gobernante! ¡Un gran dictador! y la cuenta regresiva no se hace esperar. De pronto se detienen y algunas palabras casi inteligibles emanan de Sadenjic… no se entiende su contenido… se sabe que es ofensivo… y de pronto es retirada la tabla que sostiene a nuestro líder. Y los golpes caen en él como lluvia. Él esta ahí colgando, su cuerpo no es más que un conjunto de huesos y carne que en algún momento dejarán de servir.

Si a mi un iraki sin nombre ni apellido me preguntaran ¿qué puedes decir de él?... podría decir tantas cosas... persona inteligente, astuta y extrovertida. Conocía que su vida corría peligro y se rodeaba constantemente de personas de absoluta confianza, yo entre ellos. Tiene carisma y don de mando y ambos son su fuerza, sabe que posee buena imagen y lo que le gusta al pueblo en cada momento, acariciando niños o rezando son constantes en los medios de comunicación social, lo sé por que él lo ha mencionado.

Los fantasmas del ayer me atacan constantemente... ya no puedo dormir los gritos de las personas caídas en Kuwait, el llanto de sus hijos mientras los acribillaban y el haberlo encontrado cerca de Tikrit, como un perro buscando comida, entre los escombros de lo que fue una ciudad habitada por inocentes. Puedo afirmar que jamás lo vi tan firme como cuando se declaró inocente de los crímenes que se le imputaban terminó por aceptar su condena, pero él no se podía doblegar grita a los fiscales – ¡Soy inocente y no me declararé culpable de los cargos de genocidio y de crímenes de guerra! si tembló pero mantuvo su actitud desafiante cuando el tribunal del primer proceso anunció el veredicto.

La cacería no se hizo esperar… Dos meses más tarde, su hermano y yo uno de sus más cercanos colaboradores moríamos, el método, la horca.

jueves, 10 de julio de 2008

...

Cual Fausto me escabullo,
y en las letras encuento cobijo,
en los silencios veo mi fin...

Mis labios quieren sentir los tuyos,
mi ser necesita tenerte cerca,
mis ojos se pierden buscando tu pupila,
y yo me hundo entre las letras,
me quemo en mis silencios.

martes, 17 de junio de 2008

Historia en Rio Sn. Ángel

La calle se encontraba sombría, muerta, como sobrepoblada de amargura, el paso del tiempo había moldeado sus piedras, sus tabiques y sus pasos. En medio de ella, se podia observar un río seco convertido en parque, puentes enormes lo surcaban, la calle corría en dos sentidos, de vez en cuando las personas paseaban en él.

Allí subida en uno de los puentes, se encontraba una joven de cabello corto, tez clara y ojos de un verde muy intenso. Le gustaba la filosofía, literatura, historia y últimamente la teología, lo que más se podía notar era la inmensa melancolía que habitaba en su alma. Comenzó a moverse con el paso pesado y la mirada turbia, cruzó la calle y caminó dos cuadras. Todo carecía de sentido, como si en un cierto modo, el tiempo se hubiera detenido fuera de ella.

En su cara se dibujó una leve sonrisa cuando observó en la banqueta a un gato muerto, mismo que parecía yacer ahí desde hace varios días. Su aspecto se podía comparar con una imagen dantesca: los ojos podridos se le salían del cráneo, la carne pestilente y los huesos amarillentos marcaban el aire con el putrefacto aroma de la muerte.

Fue entonces cuando Rocío comenzó a recordar aquella noche en la fiesta del colegio, en la que Ralfo, uno de sus compañeros, el cual era conocido por ser grotesco e imperativo, habia abusado de ella. A su mente llegaban cual cascada las sensaciones que se manifestaron en ese momento: sus quemantes manos sobre la piel, la impotencia al sentir sus golpes, el aliento en su cuello (y el asco era cada vez mayor)... la secuencia que siguió fue ella gritaba despavorida ¡Abran, abran me quieren matar!

Sin embargo ninguno de los presentes se inmutó, le dolió sentirse humillada por quienes consideraba sus amigos. Alcanzó a escuchar entre el murmullo los comentarios que hacian acerca de ella:
- Mírala, lo más seguro es que ella lo provocó y ahora llora la muy mustia...

Se percató entonces de que como ya no la necesitaban comenzaron a insultarla, ignorarla tomando como pretexto el ultraje. La mañana siguiente el sentimiento de culpa fue más fuerte, al acudir al Ministerio Público y levantar el acta, mancillando más su ya quebrantada integridad mediante los exámenes realizados y las hirientes palabras del juez:

- ¿No habrá sido culpa suya?
-Seguramente usted comenzó y ahora viene como víctima...

Rocío se paró y observó por un momento, siguió después su camino para regresar al puente. La memorias la obligaron a llorar, secó sus ojos con el suéter a rayas que llevaba puesto y al llegar al puente se sentó en el barandal. Miró al cielo, ya era de noche, la osa mayor se encontraba justo sobre su cabeza. Escuchó el murmullo de la vida, los coches a lo lejos, las luces de los faroles, las errantes nubes, el aullar de los perros. La vida, esa vida que seguía, que seguiría aun sin ella. Sacó de su bolso un lápiz labial, un delineador y una polvera.

Se miró detenidamente en el espejo, pintó sus labios, delineo de negro sus ojos al instante en que pensaba:
- Hay que salir bien, depués de esto seré recordada... Recordada...

Instantes más tarde, el sonido de un balazo y un grito cortado y muerto. Por un segundo todo pareció detenerse... luego la vida siguió su curso... A la mañana siguiente en el noticiero se dijo:

-Joven artista, de carrera prometedora llamada Rocío Goffé, se suicidó ayer cerca de la avenida Rio San Ángel, sus obras serán sacadas de las galerias por miedo al amarillismo...
... Seguiremos informando...