jueves, 17 de junio de 2010

Le vampire (Charles Baudelaire)

Toi qui, comme un coup de couteau,
Dans mon coeur plaintif es entrée;
Toi qui, forte comme un troupeau
De démons, vins, folle et parée,

De mon esprit humilié
Faire ton lit et ton domaine;
— Infâme à qui je suis lié
Comme le forçat à la chaîne,

Comme au jeu le joueur têtu,
Comme à la bouteille l'ivrogne,
Comme aux vermines la charogne
— Maudite, maudite sois-tu!

J'ai prié le glaive rapide
De conquérir ma liberté,
Et j'ai dit au poison perfide
De secourir ma lâcheté.

Hélas! le poison et le glaive
M'ont pris en dédain et m'ont dit:
«Tu n'es pas digne qu'on t'enlève
À ton esclavage maudit,

Imbécile! — de son empire
Si nos efforts te délivraient,
Tes baisers ressusciteraient
Le cadavre de ton vampire!»

domingo, 18 de abril de 2010

El cauce...

Muchos un inicio como el punto de partida, otros como el final de una etapa y su lógica transformación en otra. Pero éste se puede resumir en el segundo en que el río de la vida cambia su cauce… o para un escritor es simplemente el pretexto para retar a una hoja en blanco y transgredir su pureza…
Juan Pablo era un joven algo tímido, siempre había sido un buen estudiante. Hoy los días de escuela habían quedado atrás. Tomó sus maletas y se despidió de sus padres, un nuevo reto lo esperaba y no debía demorarse más.
Cruzó el umbral de la entrada, desde allí podía notar que, todas las habitaciones se encontraban vacías. Había dejado la casa de sus padres, su lugar de origen y ahora se enfrentaba al reto de estar en un país desconocido. Un nuevo ciclo comenzaba, el nerviosismo recorría todo su ser. Las manos le sudaban, pareciera que sus rodillas no podrían seguir sosteniendo su peso, el gran hueco en su estomago era la manifestación de la jauría de nervios que intentaba aprisionar.
Recorrió el lugar en el que ahora se encontraba, desdeñando poco a poco las piedras que el camino le ofrecía, observó una fuente, parecía ser como cualquier otra en algún rincón del planeta, pero en aquel instante la percibió como la imagen más bella que sus ojos pudiesen contemplar. El sonido del agua avivó nuevamente sus sentidos… llevándolo hacia su infancia al ir dejando sus pasos en el pavimento, cruzar las avenidas, mirar una estrella en el firmamento y sentir las gotas de lluvia sobre su faz, comenzó a idear una historia…

Esa noche se dedicó garabatear en pequeños papeles, recibos viejos, hojas sucias, en las paredes altas con techos empapelados, y al paso de los segundos simplemente se acomodó en el rincón de la habitación, donde se sentía más cómodo. La luz se convertía en oscuridad y las sombras de las esquinas en luz de farol callejero; y de pronto se encontraba dejando parte de su vida en los papeles.
… Camino con corazón… son las palabras que resuenan en la mente al compás de los segundos… pero cómo saber que hago lo correcto, cómo acabar con esta duda… Desde hace un tiempo el mundo se me presenta efímero… ahora entiendo cuando en alguna ocasión escuché… “las palabras dichas al viento son olvidadas”…
Los síntomas que con anterioridad se presentaron, eran señas inequívocas de su entrada al mundo de las letras, ese impacto al intentar romper el blanco de una hoja de papel… en ese momento escribió en su libreta… Por fin lo había logrado, tantas noches sin dormir, tantas lágrimas derramadas, tantos encuentros dejados a un lado con el único fin de escribir una historia… Por fin había encontrado en su alma la vocación anhelada…

“¿Cómo es posible que a través de mi ser cobren vida historias y personajes los cuales jamás conoceré? El único color describe es el blanco y con él las sensaciones glaciales de un sitio tan lúgubre enmarcan un mausoleo de proporciones inmensas que prepara a su inquilino. Pero es extraño, desea seguir luchando hasta que las fuerzas lo abandonen, no importa que tan difuso sea el camino, debes entregarte a aquello que con tanta ilusión inició. ¿Cuántas veces estamos a punto de rendirnos pero algo o alguien nos impulsa a seguir?...” anotó y el esbozo de su nueva obra vislumbra el horizonte… Simplemente seguiré… suspiró y cerró su libreta.

miércoles, 6 de enero de 2010

W. Shakespeare... Twelfth Night... Act I - Scene I

DUKE ORSINO:

If music be the food of love, play on;
Give me excess of it, that, surfeiting,
The appetite may sicken, and so die.
That strain again! it had a dying fall:
O, it came o'er my ear like the sweet sound,
That breathes upon a bank of violets,
Stealing and giving odour! Enough; no more:
'Tis not so sweet now as it was before.
O spirit of love! how quick and fresh art thou,
That, notwithstanding thy capacity
Receiveth as the sea, nought enters there,
Of what validity and pitch soe'er,
But falls into abatement and low price,
Even in a minute: so full of shapes is fancy
That it alone is high fantastical.

domingo, 3 de enero de 2010

W. Shakespeare 64

When I have seen by Time's fell hand defaced
The rich-proud cost of outworn buried age,
When sometime lofty towers I see down-rased,
And brass eternal slave to mortal rage.
When I have seen the hungry ocean gain
Advantage on the kingdom of the shore,
And the firm soil win of the watery main,
Increasing store with loss, and loss with store.
When I have seen such interchange of State,
Or state it self confounded, to decay,
Ruin hath taught me thus to ruminate
That Time will come and take my love away.
This thought is as a death which cannot choose
But weep to have, that which it fears to lose.