miércoles, 14 de octubre de 2009

... En un sueño...

...Te sabes delagada, caminas, ves las luces del infinito sujetarse unas a otras sin parar. No dudas, no temes, no cantas, no lo piensas y sin más comienzas a escribir sobre qué... ahora no importa. Tú sólo sueltas tu pluma y esta se deja guiar por tu mano, esperas que los minutos pasen y no te cansas... no dirás nada. Aquel rio se torna de mágicos colores una mañana de verano con placer metes tu cuerpo en él. Te bañas, respiras... cada una de las moléculas del agua se impacta contra tus poros en una extraña danza que te hace soñar con el verso que te han pedido en aquella mistica sonata... escribir por escribir. De pronto una piedra cae, de ella salen alas,luego una pierna seguida de un pie... todo desemboca en una extraña imagen que calla y se va como negando su ser y esto figura una novela. Quieres decir algo pero no sabes que... miras detenidamente al árbol que poco a poco se acerca a ti...

sábado, 10 de octubre de 2009

Sueño Dirigido

Si te vas, que tu sendero no te lleve
Al encuentro infinito con la estrella,
Si te vas, sólo espero que tus alas maduren
Y regreses a casa.

Entregó su alma,
su sangre se convirtió en tinta
Por ello escribe… para ver si un día al fin lo comprendemos.

Llego a casa. Junto al ventanal encuentro un pequeño cuadernillo. Con curiosidad tomo el objeto que ha logrado llamar mi atención. Grafía a grafía el enigmático relato logra recrear imágenes que han sido cuidadosamente seleccionadas. A simple vista es un par de hojas que ha ido tomando forma bajo cualquier nombre en algún lugar del planeta.

Has nacido un 10 de octubre de 1983, en algún hospital de la Ciudad de México. Conforme creces escuchas… Cómete tus verduras, no rayes las paredes, recoge tu cuarto, no toques, haz tus tareas, no brinques en la cama, estate quieta, no tires el agua, amárrate las agujetas, no le contestes a tus maestros, ya no leas esos libros, no llegues tan tarde… Los médicos indican que por el momento eres una niña sana, eso nos da gusto, pasan los años y cuando ingresas a secundaria esa situación cambia, de la noche a la mañana te encuentras en un mundo desconocido y las indicaciones regresan… cómete tus verduras, no comas sal, tómate tus medicamentos, dialízate… No entiendes en que momento todo se derrumbó, qué sucedió mientras paseabas por la Tierra Media, te estremecía la muerte del Príncipe danés, no logras completar esa imagen, no te interesa, sólo quieres respuestas… te sientes atrapada entre esas cuatro paredes y escribes, no puedes dejar de hacerlo, ahora la tinta es tu aire y el papel tu alimento… entre tus apuntes encontramos esta pequeña anotación.
¿Dónde están los árboles entre los que disfrutabas un día de primavera? Crees que eso ha quedado atrás ahora tu paisaje lo conforman bolsas de diálisis, mesas, monitores, tripies y metricets.

Tus amigos del colegio te abandonan, aprendes a subsistir en un eco de fantasías, Córtazar, Quiroga, Monterroso, Borges,… entre muchos más se convierten en tus confidentes. A ellos les confías aquellas lágrimas que contienes cuando la familia se encuentra cerca. Anhelas despertar. Sigues tu camino, los resultados de laboratorio empeoran cada vez más. Sigues sin comprenderlo… no importa en algún momento te resignarás. Las manecillas no se detienen y no lo harán.
21 de septiembre de 2001. A lo lejos sientes el frío del quirófano… ahora no sabes nada de ti, pasan varias horas, recuperas el conocimiento, no puedes hablar, no quieres hacerlo, un halo de tranquilidad te invade, vuelves a dormir. Poco a poco recuperas la energía y esperanza perdidas.

Vayamos más adelante ¿te parece? Ahora tienes 26 años, has regresado a la escuela, conoces gente nueva, el miedo sigue latente pero no importa, has de seguir, lo que inició como un hobbie, pasó por terapia, se convirtió en adicción, ahora es tu forma de vida.

Dejas las hojas junto al ventanal, donde las encontraste, las imágenes te parecen inquietantes, decides hacerlo a un lado e ir descubriendo tu día a día, quizá en algún momento regreses y decidas leer más pues lleva entre sus alas los fragmentos de este sueño...

lunes, 5 de octubre de 2009

El síndrome de la mosca

( un texto corto... pero muy bueno de Jéssica de la Portilla Montaño AKA Gina Halliwell... gran escritora y genial amiga)

El síndrome de la mosca

“El síndrome de la mosca.- El cerebro trata más en idear pretextos para no trabajar, que en trabajar”.- Lic. Ramón Obón León.

Tengo tarea. ¿La hago de una vez? Ash. Nomás de pensarlo me empieza a doler la cabeza.

Voy por una aspirina. ‘orita regreso.

¿Pa’ qué me metí a esta escuela? ¿Pa’ qué cuernos regresé? Y pretenden que me lea una novelota al mes, hello, que digan que leo Corín Tellado y los chistes del Selecciones y ya, sale bye. ¡Como si sólo cursara una inchi materia!!!

Voy por otra aspirina. Y a ver si me encuentro una tacita de café.

Está bien. Tengo que ponerme a trabajar… ¡Pero no se me ocurre nada! ¿Sobre qué puedo escribir?

No, eso no. Qué aburrido. Y este café sabe a agüita de calcetín percudido. Voy por un té negro.

¡Ah, ya sé! Acabo de tener la gran idea del siglo. Voy a empezar con la frase de… No. No me gusta. Ésa tampoco.

Comienzo a desesperarme…

Necesito un cigarro.

¡Ups! Ya me acabé la cajetilla. Ahora voy a tener que ir a la tienda.

Ya regresé de la tienda. Tuve que hacer fila durante dos horas. Se me cruzó una paletería y me tragué tres helados de queso más rancio… ¡Me duele la panza!!! Y todo por unos cigarros. El vicio. Pero ya, ya ya: vamos a terminar la tarea. O más bien: voy a intentar comenzarla. No me gustó la primera versión. Ni la teacher va a tener ganas de leerla… ¡qué bueno!, ¡que se aburra tanto como yo con ella!

Sigo pensando cómo empezar, cómo, ¿cómo? Y mi madre ya puso la tele, justo está ese programa que quiero ver desde hace tres años. Mi primito que le ponga el Playstation, que le traduzca todo pero los monitos hablan en japonés. Pfff.

¡…teléfono! ¡CONTESTEN!!! ¿Bueno? ¡Qué onda! Milagrazo que te reportas, güey. ¿A dónde? ¿Ahorita? Tengo tarea… Okey, okey, ¡pero nomás un rato porque debo regresar temprano!

Ya llegué, ‘amá… ¡Pues yo qué! Ese hulero que se quedó sin gasolina que porque el IVA al ISR del 2% y no sé qué. Sí, sí, en un rato me duermo, pero tengo que hacer mi tarea primero…

¡naaa, qué!!!

¡Mañana copio todo antes de entrar a la clase!


“El síndrome de la mosca.- El cerebro trata más en idear pretextos para no trabajar, que en trabajar”.- Lic. Ramón Obón León.

Tengo tarea. ¿La hago de una vez? Ash. Nomás de pensarlo me empieza a doler la cabeza.

Voy por una aspirina. ‘orita regreso.

¿Pa’ qué me metí a esta escuela? ¿Pa’ qué cuernos regresé? Y pretenden que me lea una novelota al mes, hello, que digan que leo Corín Tellado y los chistes del Selecciones y ya, sale bye. ¡Como si sólo cursara una inchi materia!!!

Voy por otra aspirina. Y a ver si me encuentro una tacita de café.

Está bien. Tengo que ponerme a trabajar… ¡Pero no se me ocurre nada! ¿Sobre qué puedo escribir?

No, eso no. Qué aburrido. Y este café sabe a agüita de calcetín percudido. Voy por un té negro.

¡Ah, ya sé! Acabo de tener la gran idea del siglo. Voy a empezar con la frase de… No. No me gusta. Ésa tampoco.

Comienzo a desesperarme…

Necesito un cigarro.

¡Ups! Ya me acabé la cajetilla. Ahora voy a tener que ir a la tienda.

Ya regresé de la tienda. Tuve que hacer fila durante dos horas. Se me cruzó una paletería y me tragué tres helados de queso más rancio… ¡Me duele la panza!!! Y todo por unos cigarros. El vicio. Pero ya, ya ya: vamos a terminar la tarea. O más bien: voy a intentar comenzarla. No me gustó la primera versión. Ni la teacher va a tener ganas de leerla… ¡qué bueno!, ¡que se aburra tanto como yo con ella!

Sigo pensando cómo empezar, cómo, ¿cómo? Y mi madre ya puso la tele, justo está ese programa que quiero ver desde hace tres años. Mi primito que le ponga el Playstation, que le traduzca todo pero los monitos hablan en japonés. Pfff.

¡…teléfono! ¡CONTESTEN!!! ¿Bueno? ¡Qué onda! Milagrazo que te reportas, güey. ¿A dónde? ¿Ahorita? Tengo tarea… Okey, okey, ¡pero nomás un rato porque debo regresar temprano!

Ya llegué, ‘amá… ¡Pues yo qué! Ese hulero que se quedó sin gasolina que porque el IVA al ISR del 2% y no sé qué. Sí, sí, en un rato me duermo, pero tengo que hacer mi tarea primero…

¡naaa, qué!!!

¡Mañana copio todo antes de entrar a la clase!